BACALAO AL AJOARRIERO
Volvemos al ataque.
¿Qué tal? ¿Cómo ha ido el verano? Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a todas las personas que han visitado el blog durante los meses de julio y agosto. Quienes me seguís, sabéis que no terminé mi oposición hasta finales del mes de julio, que por solo unas décimas no conseguí plaza, y después del duro año, había que descansar de todo y salir y disfrutar de la familia, mis primeros sufridores. Espero que aquellos que hayáis podido viajar, hayáis disfrutado de las vacaciones; y aquellos que no habéis podido cambiar de aires, hayáis pasado un verano lo más llevadero posible.
En nuestro caso, este año tocaba respirar otros aires, sentarnos a otras mesas, patear otros territorios. Las tierras navarras y asturianas han sido testigo de nuestras andanzas. Somos una familia a la que no nos atrae pasar las vacaciones en la playa de forma rutinaria. Disfrutamos pasando un par de horas sentados en la arena, caminando por la orilla del mar, o dándonos un baño en sus aguas; pero la rutina diaria de la playa no nos resulta muy entretenida, la verdad. Cada uno organiza sus vacaciones según las actividades que le gusta realizar, y a nosotros en concreto nos gusta andar, caminar, descubrir, aprender. Muchos pensaréis que ese tipo de vacaciones son cansadas. Bueno, sarna con gusto no pica, y nosotros no sentimos ningún tipo de picazón por realizar este tipo de actividades, que son las que más alimentan nuestro espíritu, teniendo luego como recompensa buena mesa puesta. Porque es innegable que en Navarra y en Asturias se come de escándalo. ¿O no?
De Navarra me he traído una receta fantástica: el bacalao ajo arriero, que consiste en una especie de fritada a base de pimiento, cebolla, ajo y tomate con bacalao. ¡Absolutamente delicioso! ... y un plato único que distingue a la gastronomía navarra.
El arriero es esa persona que antaño trabajaba transportando mercancías a lomos de animales de carga. El arriero arreaba a los animales para que echaran a andar, de ahí su nombre. Ese hombre de antaño se hacía camino siguiendo la línea de los ríos, desde el País Vasco, pasando por La Rioja, por Navarra y por Zaragoza; y es por este motivo por el que la paternidad del ajoarriero se la disputan más de una comunidad autonóma. Los arrieros desalaban el bacalao en salazón en esos ríos. Ya entonces, aprovechaban los cangrejos que se acercaban a mordisquear los trozos de bacalao para echarlos a la cazuela a la hora de preparar el pescado al ajoarriero, y de hecho, como variantes podemos disfrutar de un ajoarriero con gambas, con cangrejos, con langosta, y de forma más humilde con huevos o con patata, que es la que hoy os traigo yo. El bacalao ajoarriero es uno de esos platos de supervivencia de las gentes que tenían que trashumar y que hoy se conserva como uno de los platos típicos de la cocina navarra, y por ende, de la española.
Veamos cómo elaborar esta receta.
Ingredientes (Para 3 personas)
- 400 gramos de migas de bacalao o en lomos.
- 1 lata de 400 gramos de tomate triturado
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolleta
- 1 pimiento verde
- 3 pimientos choriceros o una cucharadita de pulpa de pimiento choricero que ya venden en los comercios
- 1 cayena
- 3 patatas medianas
- aceite de oliva virgen extra
- sal (con moderación)
Elaboración
- Empezaremos desalando el bacalao. Si empleamos lomos, tendremos que quitarles primero la sal bajo el chorro de agua fría, tenerlos sumergidos en agua durante al menos 48 horas, cambiándoles el agua cada 8 horas, y conservándolo en la nevera. Si decidimos emplear migas de bacalao, basta con desalarlas en la noche de víspera, pasándolas previamente por el chorro del agua para quitarles la sal.
- Sumergimos los pimientos choriceros en agua caliente un par de horas antes de comenzar con la receta. Transcurrido este tiempo, con el canto de una cuchara raspamos la piel para extraer la carne y la reservamos.
- Pelamos las patatas y las cortamos como para tortilla en rodajas de unos tres milímetros de grosor. Las lavamos para que pierdan el almidón, y que no se peguen unas con otras, y las cocemos en un recipiente apto para microondas, con unas gotas de agua y un poquito de sal, durante 15 minutos. Lo ideal es programarlas cada cinco minutos y comprobar si están cocidas, porque ya sabéis que depende del tipo de patata. También podemos cocer las patatas al vapor, o freirlas, según gustos. Reservamos.
- En una cazuela de paredes bajas ponemos a calentar unas tres cucharadas de aceite, donde pocharemos a fuego medio-bajo la cebolleta, el pimiento verde y los dientes de ajo picados. Añadimos la cayena, que habremos despepitado para evitar que nos pique. Salamos y removemos de vez en cuando.
- Mientras colamos el bacalao y lo deshacemos en lascas con las manos.
- Añadimos a la cazuela la pulpa de los pimientos choriceros y removemos.
- Incorporamos el tomate triturado junto con las patatas ya cocidas, y dejamos que reduzca la salsa de tomate a fuego fuerte durante cinco minutos. Bajamos la potencia del fuego a la mitad.
- Añadimos el bacalao y dejamos cocinar durante un par de minutos.
- ¡Y a poner la mesa para disfrutar de este rico plato!
En un párrafo anterior, os he comentado que ha sido Navarra la comunidad elegida este verano para disfrutar de nuestras vacaciones. De allí os dejo un legado fotográfico para que podáis deleitaros con sus paisajes, y animaros a que visitéis una tierra tan, tan rica. También pasamos unos días en Asturias, donde pudimos disfrutar de una tarde en Gijón con mi querida
Isabel, con su hijo, con su marido y su perrita Tecla. Las fotografías que podéis ver debajo fueron tomadas por mi marido.
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Valle de Salazar-Roncal |
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Valle de Salazar-Roncal |
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Selva de Irati, en Francia |
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