MOUSSE DE SALMOREJO CON PIQUILLOS Y PEINETA DE JAMÓN PARA ANGELA MERKEL { #ELDESAFÍO }
Hace 20 días,
Carmen me lanzó
#eldesafío, un divertido juego en cadena ideado por Patricia, del blog
Dime que es viernes, en el que me anunciaba que iba a tener como invitada en mi casa a Angela Merkel. De repente, todo me empezó a temblar, el corazón a palpitar a un ritmo de montaña rusa, la frente a sudar a goterones fríos. Pero al poco, todo se puso en orden. "¡Bah!", pensé, "esto va de coña". Y seguí con lo mío.
Días después recibí una misiva entre papeles y folletos de publicidad que tendrían su fin en el contenedor de papel. Todos, menos uno. Un sobre con un escudo y unas palabras escritas en alemán no es precisamente el tipo de correo que acostumbro a recibir en mi buzón. Y entonces volvió a mi mente
aquella fotografía en la que aparecía mi invitada. Mi 1,61 metros de altura se petrificaron cual aquella estatua de sal en la que se convirtió la mujer de
Lot. ¡Iba a ser verdad! ¡
Ella iba a venir a mi casa!
El guante que me había lanzado Carmen escondía un mensaje: "Guapita, a ver cómo camelas a la Merkel. Ya que parece que otros no consiguen llevársela al huerto, a ver si tú te la ganas por el estómago".
A estas alturas de la historia, después de llevar seis años inmersos en una profunda crisis económica, sobra hablar sobre el peso que la canciller alemana Angela Merkel ha tenido, tiene y tendrá en su política para sacar del atolladero en el que se encuentra la Unión Europea, y más en concreto algunos países, entre ellos España. Esta señora, de 59 años de edad, ha sido elevada a las nubes por los votantes alemanes desde que fue elegida canciller de Alemania en el año 2005, y sin embargo, fuera de su país es vista como una mujer hacia la que se siente cierto temor e irritación. No en vano, en ocasiones se la ha llamado la "Canciller de hierro", siguiendo la estela de Margaret Thatcher.
Con todo este trasfondo social, económico y político, la imagen que Angela Merkel desprende no es para nada de lo más amigable, y yo no paraba de preguntarme por qué demonios querría una mujer como ella venir a mi casa a comer.
¿Y de qué íbamos a hablar? Yo, una mujer normal y corriente, profesora, madre, esposa, ... ¡con un alto representante del gobierno! Si a mi la política ... ni fu, ni fa. ¿Y qué le preparo de comida? ¿Algo contundente como una fabada? ¿Una buena bandeja de pinchos? ¿Un paella? ¿Algún brebaje hecho a base de laxante, de algún tipo elemento químico que le produjera efectos secundarios ...? ¡Pero cómo iba a hacer YO eso!
¡Ya está!
¡Algo típicamente español! ¡Y de colores de España! Y entonces me vinieron a la cabeza el salmorejo cordobés, al que pensé en dar un toque chic adaptándolo a una textura mousse, y acompañado por un tinto de verano fresquito, un poco de aire de fiesta, ¡y olé!
¿Quién me iba a decir a mi que el salmorejo y el tinto de verano se convertirían en las pócimas que sacarían de Angela Merkel su lado más humano? Ella me contó que todos los días prepara el desayuno a su marido, Joachim Sauer, Catedrático en química cuántica, y que engulle su café calibrando el comportamiento del euro. Quizás se os haga raro imaginaros a la Merkel con el delantal puesto, pero aunque no os lo creáis, disfruta cocinando, y me contó que le encanta hacer
sopa de patata y
ganso con ciruelas, recetas que me escribió en inglés de su puño y letra, a cambio de que compartiera con ella la receta del salmorejo, que muy gustosamente hice, por no deciros que también me pidió un
tupper :))
Ahí donde la veis, en sus tiempos mozos trabajó como camarera en una discoteca; le gustaba divertirse y bailar. Le encantaba salir luciendo sus Levi's bien apretaícos. Me contó que Joachim era su segundo marido, y que el primero que tuvo fue simplemente porque como todo el mundo se casaba, ella siguió la misma corriente, y claro, así terminó aquello.
No es una mujer que siga las tendencias de moda actuales, y por ese lado resulta bastante clásica y tradicional, aunque a pesar de eso me comentó que no entendía por qué hubo quién se alarmó tanto cuando apareció con
un escote tan pronunciado en la inauguración de la nueva ópera de Oslo, pues no fue más que un intento de salir de la rigidez del vestuario de un representante del gobierno. Y me confesó que no era su intención provocar la lujuria, pues su padre, luterano, había dejado una huella muy estricta en ella contra las flaquezas de la carne. Tiene un estilo muy sobrio, pero muy práctico, según ella, porque los compromisos de su día a día le impiden empolvarse la nariz o pasarse el peine con la frecuencia que se debe.
Al final, esta mujer concienzuda, meticulosa, obsesionada por el detalle, organizada, trabajadora y que puede hacer bostezar a cualquier miembro presente en una cumbre internacional, en mi casa se convirtió en una mujer dicharachera, amable, amistosa y capaz de reirse de forma desternillante. Y para muestra un botón ...
Y ahora sí, pasemos a la receta que hizo flaquear a la mismísima Primer Canciller Alemania.
MOUSSE DE SALMOREJO CON PIQUILLOS Y PEINETA DE JAMÓN SERRANO
Ingredientes (Para 2 personas)
- 250 gramos de tomates muy maduros
- 2 pimientos del piquillo
- 1 diente de ajo
- 50 gramos de pan del día anterior
- 1/2 cdta de sal
- 7 ml de vinagre de Jerez
- 35 ml de aceite de oliva
- 1 clara de huevo
- 2 hojas de gelatina
- Un vaso de agua
- 1 o 2 lonchas de jamón serrano
Elaboración
- Lavamos los tomates y los cortamos en cuartos. Los ponemos en el vaso junto los pimientos del piquillo, el diente de ajo y la sal y trituramos 30 segundos en velocidad 5.
- Añadimos el pan y el vinagre y trituramos 30 segundos en velocidad 5, y 2 minutos más en velocidad progresiva 5-10.
- Programamos en velocidad 5 y vertemos el aceite sobre la tapa del vaso para que vaya cayendo poco a poco por el bocal sin quitar el cubilete.
- Calentamos agua, sin llegar a hervir y ponemos a remojo las hojas de gelatina, vigilando para que no se deshagan. Las colamos y las echamos al vaso. Trituramos durante 1 minutos en velocidad 6. Dejamos que se enfríe el salmorejo, pues de la fricción con las cuchillas se templa y no conviene mezclarlo con la clara montada, ya que de lo contrario esta bajará.
- Aparte montamos la clara con una pizca de sal con unas varillas eléctricas hasta que forme picos y se vea firme, es decir, que al volcar el recipiente las claras no se caigan de él.
- Volcamos el salmorejo en un recipiente y le incorporamos la clara poco a poco, con movimientos envolventes.
- Repartimos el salmorejo en vasos y refrigeramos como mínimo doce horas.
- En el vaso de un robot triturador ponemos los tomates lavados y troceados, los pimientos del piquillo, el pan, el vinagre, la sal y el diente de ajo y lo trituramos todo hasta que quede fino. Lo pasamos por un chino, o por un colador y añadimos el aceite. Removemos bien.
- Calentamos agua, sin llegar a hervir y ponemos a remojo las hojas de gelatina, vigilando para que no se deshagan. Las colamos y las echamos al salmorejo. Trituramos para ayudar a incorporarlas bien.
- Aparte montamos la clara con una pizca de sal con unas varillas eléctricas hasta que forme picos y se vea firme, es decir, que al volcar el recipiente las claras no se caigan de él.
- Incorporamos la clara poco a poco al salmorejo con movimientos envolventes.
- Repartimos el salmorejo en vasos y refrigeramos como mínimo doce horas.
- Para hacer la peineta de jamón serrano ponemos las lonchas de jamón entre papel vegetal y las metemos en el microondas durante un minuto y vigilando. Las lonchas han de encogerse y notar como su grasa se ha deshecho. Si necesitamos más tiempo, programamos unos segundos más.
- Cortamos las lonchas por la mitad y utilizamos cada mitad como peineta.
- Picamos unas ramitas de cebollino muy finamente, las distribuímos sobre el vasito con el salmorejo, pinchamos una de las mitades del jamón crujiente y a disfrutar tanto como hicimos la señora Merkel y yo.
Para hacer el tinto de verano necesitamos vino tinto, gaseosa, unos cubitos de hielo y unas rodajas de limón, todo en cantidades al gusto del comensal.
Y ahora llega el momento de lanzar la pelota a mi próxima retada y a su personaje invitado. ¿Quiénes son?
Mi retada es Caty, de
Circus Day, quien tiene que invitar a comer o a cenar ni más ni menos que a Alberto Chicote. Veremos el reto de Caty de aquí a 20 días, es decir, el 6 de agosto. ¿Con qué le deleitará?
Y antes de abandonar el ruedo, me quito la montera y hago los honores a ...
... mi marido, porque sin él, las ideas que yo tenía para ilustrar esta entrada, podrían no haber visto la luz. ¡Muchas gracias!
... a
Patrix por haber ideado este divertido juego en cadena.
... y no menos a
Carmen por haber confiado que yo podría estar a la altura para superar este reto. Y espero que así haya sido :)
... a
Paula, porque sin ella, no existiría esa carta escrita en alemán. ¡Gracias, guapa!
Así que no os dejo sin antes condecorarme y ponerme el logo del desafío como galón, porque digo yo que este reto lo he superado, ¿no? :))
Fuentes de información sobre Angela Merkel
aquí,
aquí y
aquí.
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