BRIOCHES DE CAQUIS

{ 56 Comentarios }

Brioches de kakis_1 

Dicen que las personas retenemos recuerdos de nuestra infancia a partir de los cinco años de edad. Debe ser por eso por lo que no recuerdo el día que comenzaron a formar parte de mi vida frutas tan cotidianas como la manzana, la pera, el plátano o la naranja. Seguramente que muchos de vosotros, siendo padres o madres jóvenes, como es mi caso, recordáis cuándo esas frutas comenzaron a formar parte de la dieta de vuestros hijos, porque para ello se sigue, normalmente, la recomendación del pediatra.

Sin embargo, sí que recuerdo que frutas como el caqui, el kiwi o el aguacate entraron tímidamente en mi casa. Un día ves en el frutero una fruta nueva y le preguntas a tu madre: "¿Qué es eso?", y tu madre te responde: "Un caqui", y una frunce el ceño extrañada por el nombre y porque a partir de ese momento la palabra caqui no solo designaría un color, sino una fruta también. Y pasa un día, y el caqui sigue en el frutero, y pasa otro, y sigue ahí, y otro día más y que nadie se atreve a hincarle el diente. Y lo mismo pasó con e kiwi, o como familiarmente lo llama una de mis tías, el huevo de mono.

Brioches de kakis_4 

Hoy en día el caqui, el kiwi, el aguacate, y otros productos de allende los mares forman parte de la estantería de cualquier frutería. Recuerdo que los primeros caquis que llegaron a España eran de carne como gelatinosa, muy dulce, y que llegados a su extremo de maduración, llegaban casi a deshacerse en las manos, y lo más recomendable era comerlo con cuchara. Hoy en día sé que el motivo por el que dejaba el paladar y la lengua ásperos es porque se dejaba madurar en el árbol, y para precisamente evitar que sea tan astringente, hay que recolectarlo del árbol antes de que madure. La variedad de la que estoy hablando es la persimon, de color naranja oscuro, llegando a ser rojo cuando está maduro y de sabor y textura muy dulce y suave. Otra variedad que podemos encontrar hoy en los comercios en es sharoni, de forma similar a la de un tomate, de carne prieta e igualmente dulce, y que es el que he elegido para la receta de hoy.

¿Y de dónde viene el caqui? De China y de Japón, aunque en España, las provincias de Castellón y Valencia son grandes productoras de esta fruta, e incluso la Ribera del Xúquer puede presumir de su propia denominación de origen.

Brioches de kakis_3 

¿Y qué os parece la receta de hoy? Brioches de caquis. Tengo que confesaros que cuando vi esta receta en el blog de Mercé me enamoró por lo fotogénicos que le quedaron, así que no tardé mucho en hacerlos, y no me defraudaron en absoluto. Sabéis que el brioche es un pan dulce francés, pero de un dulce muy sutil, de forma que el dulzor natural del caqui le da un gusto muy rico y particular. Lo que es totalmente recomendable es sacar los brioches del horno en cuanto veamos que comienzan a dorarse para evitar que la masa se reseque en su interior.

¿Os animáis a hacerlos?

Ingredientes

Para 4 brioches de unos 20 centímetros de diámetro:
  • 250 gr. de harina 
  • 40 gr. de azúcar glas
  • 50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 150 ml. de leche tibia
  • 1 huevo, separando la yema de la clara
  • una pizca de sal
  • 15 gr. de levadura prensada de panadero, o un sobrecito de levadura deshidratada
  • 2-3 caquis
  • 1 cda. de esencia de azahar
Para la glasa
  • 1 hoja de gelatina neutra
  • 25 ml. de agua
  • 50 gr. de azúcar glas

Brioches de kakis_5  

Elaboración

Sin Thermomix
  1. En un vaso disolvemos la levadura, tanto si es la prensada como la deshidratada, en la leche tibia con una pizca del azúcar glas.
  2. En un recipiente grande mezclamos la harina, el azúcar y la pizquita de sal.
  3. Añadimos la mantequilla cortaza en daditos previamente y la deshacemos en la mezcla de harina con las yemas de los dedos hasta conseguir una textura como de migas.
  4. Separamos la yema de la clara e incorporamos la yema, mezclamos bien, y añadimos la leche tibia en la que hemos disuelto la levadura, y la esencia de azahar y amasamos hasta que quede una masa de textura homogénea y suave. Esto nos llevará unos diez minutos aproximadamente. Al principio se nos pegará la masa a las manos, pero terminará por ser fácil y agradable de manejar. Formamos una bola y la guardamos en un recipiente tapada con un paño y alejada de corrientes de aire durante una hora o hasta que doble su volúmen.
  5. Precalentamos el horno a 210º. Dividimos la masa en cuatro porciones de igual peso y trabajamos cada una para desinflarla sobre una superficie enharinada y les damos forma de bola, aplastandolas posteriormente hasta darle un tamaño de 20 centímetros aproximadamente, dejando el borde un poco más grueso que el centro. Colocamos cada brioche en una fuente de horno cubierta con papel de horno
  6. Lavamos los caquis y los cortamos en láminas de medio centímetro de grosor. Pinchamos el centro de cada brioche con un tenedor y distribuimos las láminas del brioche alrededor como si fueran pétalos, colocando en el centro el pedúnculo del caqui para que quede más bonito.
  7. Batimos la clara reservada y pintamos con ella los brioches.  Horneamos unos diez minutos, hasta que los brioches comiencen a dorarse.
  8. Mientras vamos preparando la glasa. Hidratamos la gelatina en un recipiente pequeño con agua templada, que no haya hervido, durante cinco minutos. 
  9. En un cazo mezclamos el agua y el azúcar y lo cocemos a fuego medio-bajo hasta conseguir un jarabe. A continuación añadimos la gelatina escurrida y removemos para disolverla bien.
  10. Una vez sacados los brioches del horno, los dejamos templar y los pintamos con esta glasa.

Brioches de kakis_2  

Con Thermomix 31
  1. Ponemos la leche, el azúcar y la mantequilla en el vaso y programar 2 minutos, 37º a velocidad 2.
  2. Agregamos la levadura y la yema de huevo mezclando 5 segundos en velocidad 4.
  3. Incorporamos la harina, la sal y la esencia de azahar, y mezclamos 15 segundos a velocidad 6. Programamos de nuevo para amasar durante 3 minutos, vaso cerrado y velocidad espiga.
  4. Dejamos reposar la masa en el vaso durante una hora o hasta que doble su volumen. 
  5. Precalentamos el horno a 210º. Volcamos la masa sobre una encimera enharinada, amasamos un poco con las manos enharinadas y la cortamos en cuatro porciones. Les damos forma de bola, aplastandolas posteriormente hasta darle un tamaño de 20 centímetros aproximadamente, dejando el borde un poco más grueso que el centro. Colocamos cada brioche en una fuente de horno cubierta con papel de horno
  6. Lavamos los caquis y los cortamos en láminas de medio centímetro de grosor. Pinchamos el centro de cada brioche con un tenedor y distribuimos las láminas del brioche alrededor como si fueran pétalos, colocando en el centro el pedúnculo del caqui para que quede más bonito.
  7. Batimos la clara reservada y pintamos con ella los brioches.  Horneamos unos diez minutos, hasta que los brioches comiencen a dorarse.
  8. Mientras vamos preparando la glasa. Hidratamos la gelatina en un recipiente pequeño con agua templada, que no haya hervido, durante cinco minutos. 
  9. En un cazo mezclamos el agua y el azúcar y lo cocemos a fuego medio-bajo hasta conseguir un jarabe. A continuación añadimos la gelatina escurrida y removemos para disolverla bien.
  10. Una vez sacados los brioches del horno, los dejamos templar y los pintamos con esta glasa.  

¿Os animáis a hacerlos? Tenemos caquis en el mercado hasta marzo. ¡Venga!

 

56 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

BARQUITAS DE PATATA CON SETAS

{ 69 Comentarios }

Patatas rellenas de setas de cardo_1


Bueno, menos mal que veo el momento de sentarme y de presentaros una receta. El año nuevo ha dejado un nuevo destino para mi trabajo, aparte de alguna buena noticia inesperada, relacionada con temas laborales, después de un amargo aunque esperado disgusto. ¡Uff, qué lío! Esto de ser "interina itinerante", como digo yo, le hace a una estar siempre angustiada pensando en el nuevo destino que le tocará, con suerte, a una, con el añadido del tiempo que le tocará "disfrutar" de su nueva situación laboral. Creo que jamás en la vida voy a tener tanta suerte como la que he tenido esta semana de tener mi trabajo a un tiro de piedra de mi casa, y trabajar con alumnos que escuchan, preguntan y participan en clase. Ya pensaba que ésas eran actitudes desfasadas y devaluadas. Aunque lo bueno no dura eternamente. Pero lo disfrutaré mientras lo tenga.

Y mi nueva situación me roba tiempo de mis actividades de ocio. No hay mucho tiempo para cocinar más que platos que le entretengan poco tiempo a una, porque hay que organizarse y repartir el tiempo entre responsabilidades varias, entre ellas, preparar las clases en casa; algo que no entra en nómina :P. Y a pesar de los pesares, mis visitas a vuestras cocinas se ven reducidas ... bastante. Así que disculpadme si no me veis asomar la cabeza y oler vuestros maravillosos platos.

Ayer pude comprobar la verdad de aquel comentario de Carlos Dube del que yo misma me hice eco hace un par de semanas: las verduras subirán de precio a partir del fin de las fiestas navideñas. ¡Y qué cierto es! Los calabacines, las berenjenas, la coliflor, las judías verdes habían ... ¡duplicado su precio! ¡Cómo se quejaba la gente en la frutería! Y la frutera respondía encogiéndose de hombros. Y yo con una mueca respondía mentalmente a esas personas que razonablemente protestaban por una subida de precios incomprensible pero beneficiosa por el "plan verde" en el que much@s de nosotr@s nos sumergimos en estos días. ¿Os habéis dado cuenta vosotr@s?

La receta de hoy, unas patatas rellenas, se encarece un pelín si rellenáis las patatas con unas ricas y sabrosísimas setas de cardo como he hecho yo. Pero sin duda, el coste de esta receta se puede abaratar si utilizáis champiñones u otra seta asequible a vuestros bolsillos. Ahora sí, el sabor inconfundible de la seta de cardo no se puede conseguir con ninguna otra seta, no hay duda.

Os dejo con la receta.

Patatas rellenas con setas de cardo_2  

Ingredientes (4p.)
  • 4 patatas medianas
  • 2 dientes de ajo
  • 300 gramos de setas (champiñones, seta de cardo, shii-take, boletus, etc)
  • 1 cebolla pequeña o 1/2 grande
  • 20 ml. de nata para cocinar, más ligera
  • 50 gr. de queso emmental rallado
  • perejil
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal, pimienta
  • unos tallos de cebollino para decorar (o perejil picado)
  • canónigos o ensalada variada para acompañar

Elaboración
  1. Lavamos las patatas si queremos cocerlas con su piel, de lo contrario, las pelamos y cortamos por la mitad y las cocemos en abundante agua con sal unos 30, dependiendo de si la patata es  más o menos dura. Las dejamos templar para que pierdan temperatura y así vaciar la pulpa dejando un grosor de medio centímetro aproximadamente en las paredes. Reservamos esa pulpa
  2. Limpiamos las setas con un paño húmedo y les quitar su raíz si utilizarais champiñones. Troceamos las setas en trozos no muy grandes, teniendo en cuenta que mermarán y que también se tienen que notar al comerlas.
  3. Pelamos y picamos la cebolla muy finamente. La rehogamos a fuego suave con  unas cucharadas de aceite en una sartén. Añadimos los dientes de ajo pelados y picados también finamente, y agregamos las setas cuando la cebolla comience a transparentar. Cocemos todo el conjunto unos cinco minutos y agregamos la nata, que dejaremos reducir a fuego lento hasta que espese un poco. Añadimos la pulpa de las patatas reservada, removemos, espolovoreamos una cucharada de perejil.
  4. Rellenamos las barquitas con la mezcla, las espolvoreamos de queso rallado y gratinamos hasta que el queso se haya fundido y dorado ligeramente.
  5. Adornamos las patatas con unos tallos de cebollino picado, o perejil, y servimos dos mitades por persona acompañadas de unas hojas de lechugas variadas o canónigos.

 Notas
  • Por experiencia, prefiero cocer las patatas al vapor. La patata queda más entera que cocida en agua. Diferente. Para cocerlas al vapor necesitaréis una cazuela grande con abundante agua y un cestillo donde poner las patatas. Ponéis el agua a calentar y cuando comience a hervir ponéis el cestillo con las patatas previamente saladas dentro; tapáis  la cazuela y dejáis que cueza durante media hora aproximadamente. Si tenéis thermomix, llenáis el vaso con medio litro de agua y sal, y programáis cinco minutos, temperatura varoma, velocidad 3, y mientras preparáis las patatas colocándolas en el varoma y salándolas. Las cocemos durante 25 minutos, temperatura varoma, velocidad 3.
  • Utilices cazuela o thermomix, y cuezas las patatas en agua o al vapor, para saber si la patata está cocida, pínchala con la punta de un cuchillo y si entra sin problema, la patata está cocida.
  • Por otro lado, prefiero cocer las patatas sin la piel porque de esta manera te despreocupas por completo de la piel si no te gusta, o a tus comensales no les gusta comerla.

¿Qué os ha parecido la receta? Espero que os haya gustado. 

No me voy sin antes comentaros que Lorelai, que gestiona el blog Principiando en la cocina, ha abierto una nueva sección en su blog en la que mensualmente dedicará un poquito de su tiempo a tomarse un café, virtualmente hablando, y charlar con una bloguera gastronómica, y he tenido el privilegio de ser yo quien inaugure su sección. Os invito a que os paséis, que conozcáis su sencilla y rica cocina y al paso que me conozcáis un poquito más. Lorelai, es toda una satisfacción haber sido yo quien haya dado el toque de salida de tu iniciativa. ¡Muchas gracias por la oportunidad! Podéis leer la entrevista aquí.


¡Disfrutad del fin de semana!

   




69 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.

BACALAO A LA VIZCAÍNA

{ 69 Comentarios }

Bacalao a la vizcaina_1


Por finales del siglo XIX, los dos platos españoles más internacionales eran la paella y la receta que hoy os presento: el bacalao a la vizcaína. Con el paso del tiempo, el bacalao al pil-pil fue tomando relevancia hasta desbancar al que se elaboraba con la archiconocida salsa vizcaína. Sobre esta salsa, existe cierta controversia, pues hay quien piensa que el tomate es el gran protagonista y hay quien no. En mi receta he decidido no prescindir de él, aunque son protagonistas el pimiento choricero y la cebolla. Y un dato curioso: emplear un par de galletas María para espesar la salsa es una técnica de lo más habitual, ¿no os parece curioso?

Lo que debemos tener en cuenta a la hora de elaborar este plato es comprar un bacalao de calidad. Te doy unas pistas: los lomos de la bacalada han de ser completamente blancos, muy blancos, y no presentar manchas de color amarillo o rojizo. Los lomos no han de ser rígidos; si lo fueran, es señal de que los lomos son viejos o que no se han conservado en buenas condiciones. Para esta receta es interesante que utilices los lomos, los trozos más gruesos de la bacalada, y que reserves los más finos para desmigar o para separarlos en lascas y usarlo en ensaladas. Para saber cómo desalar el bacalao, pásate por aquí.

Bacalao a la vizcaína_2


El bacalao a la vizcaína es una receta muy sencilla de hacer, aunque lleva algo de tiempo, si tenemos en cuenta que hay que desalar el bacalao con al menos 36 horas de antelación y que tenemos que poner en remojo los pimientos choriceros. Reconozcámoslo: no es un plato para un imprevisto. Y es sin duda un plato exquisito y para acompañar con un buen pan. Ni pizca de la salsa tiene que quedar en el plato, y si sobrara, guárdala en un tarro en la nevera porque no tiene desperdicio.

¡No me digas que no te apetece preparar la mesa y disfrutarlo! Venga, prepara para anotar.

Bacalao a la vizcaína_3  

Ingredientes (3p)
  • 2 lomos de bacalao desalado por persona
  • agua
  • 2 dientes de ajo
  • 1 kilo de cebollas moradas
  • 1 tomate
  • 3 pimientos choriceros
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal
Elaboración

Sin Thermomix
  1. 36 horas antes de elaborar la receta desalamos el bacalao siguiendo estos consejos. Y la noche de víspera ponemos los pimientos choriceros en remojo para ablandarlos y extraer su pulpa posteriormente.
  2. Pelamos los dientes de ajo, los laminamos y los doramos en una sartén. Los retiramos y reservamos.
  3. Pelamos las cebollas y las cortamos en brunoise finamente. Ponemos a calentar tres cucharadas de aceite en  una sartén y pochamos  la cebolla aderezada con una pizca de sal a fuego bajo hasta que se haya ablandado.
  4. Rallamos el tomate y lo vertemos sobre la cebolla y dejamos unos minutos a fuego un poco más fuerte para que el jugo del tomate se vaya evaporando. Raspamos la pulpa de los pimientos choriceros y los vertemos a la sartén. Incorporamos también el ajo dorado que habíamos reservado. Si lo deseamos, podemos pasar esta salsa por un pasapurés o si no, la dejamos tal cual.
  5. Mientras se va haciendo la salsa, ponemos los lomos de bacalao en una cazuela y los cubrimos con agua, la justa que les cubra, y la ponemos a calentar hasta que el agua esté a punto de romper a hervir. En ese momento retiramos los lomos con una espátula de cocina, y no tiramos el caldo de la cocción. Si la salsa espesara mucho, para nuestro gusto, podemos añadir unas cucharada de ese agua.
  6. Por último, rectificamos la salsa de sal, ponemos los lomos de bacalao sobre la salsa vizcaína y dejamos cocer unos minutos para que el bacalao absorba el sabor de la salsa. 
  7. Servimos en el plato poniendo un poco de la salsa en la base, y sobre ésta, los lomos de bacalao.
 Con Themomix 31


Para elaborar la salsa vizcaína con la Thermomix 31:
  1. Pelamos los dientes de ajo y la cebolla,  y cortamos ésta en cuartos. Los ponemos en el vaso y trituramos durante 5 segundos, velocidad 5. Bajamos los restos del vaso hacia las cuchillas. Añadimos las tres cucharadas de aceite, salamos y pochamos las verduras durante 15 minutos, 100º, velocidad 1. 
  2. Mientras, rallamos el tomate y lo vertemos al vaso cuando terminen de pochar las verduras. Cocemos durante cinco minutos, 100º, velocidad 1.
  3. Raspamos la pulpa de los pimientos y los incorporamos a mitad de la cocción del tomate. Si la salsa quedara espesa para nuestro gusto, echamos unas cucharadas del agua de la cocción del bacalao hasta que adquiera el espesor deseado. Rectificamos de sal si fuera necesario.
  4. Servimos en el plato poniendo un poco de la salsa en la base, y sobre ésta, los lomos de bacalao.

¡No me digáis que no es sencillo! Ahora coge pan ... y moja. Espero que os haya gustado y que os animéis a hacerla.

 


69 comentarios han dado alegría a esta entrada:

Si tienes alguna consulta, te responderé en cuanto me sea posible. También puedes escribir un correo a cocidodesopa@gmail.com.
Muchas gracias por tus palabras y tu tiempo.